sábado, 21 de febrero de 2009

Masacre de indígenas Awa y montaje del acuerdo humanitario

Masacre de indígenas Awa, DIH y montaje del acuerdo humanitario

La masacre de la hasta el momento indeterminada cantidad de indígenas Awa perpetrada por las Farc, al unísono con la manipulada liberación de seis secuestrados en poder del grupo terrorista, al mismo tiempo que los medios de comunicación volvieron a tocar el tema del Plan Renacer, y que Piedad y su combo de “intelectuales”, anunciaron seguir empeñados en buscar la paz de Colombia, resulta no solo sintomática, sino una refrendación mas de la doble moral de las Farc, cuyas acciones no han dejado de gravitar en torno a su Plan Estratégico, tan audaz para los mandos guerrilleros, como desconocido por quienes deben diseñar la política y la estrategia integral del Estado para combatirlos.
Al día siguiente de terminar el sainete, Telesur y sus secuaces, publicaron por Internet un video singular. Piedad Córdoba y Daniel Samper estaban cariacontecidos y se sentían profundamente decepcionados, por la conducta del Estado colombiano, al que por obligación moral debieran respaldar.
Esa actitud de supuesto disgusto de los dos personajes mencionados obedecía a los contenidos de unas grabaciones que echó a rodar un terrorista, mientras los tramaba con un sancocho y un discurso de universitario primíparo en lides marxistas.
Inclusive Piedad anunció con vehemencia que al cabo del show publicitario montado para lavar la imagen de los secuestradores, daría una rueda de prensa, para denunciar tal irregularidad, al mismo tiempo que movía la cabeza con ademanes de disgusto, complementados por los gestos de dignidad vitrinera de Daniel Samper.
Pero que curioso, al día siguiente la gobernación de Nariño puso al descubierto que esos mismos terroristas que con cara de angelitos, hablaban de seriedad y de humanizar la guerra, no solo habían masacrado a mas de 15 indígenas, sino que con el mayor desparpajo reconocían el aberrante etnicidio, y de paso, confesaban la autoría de un carro-bomba estallado contra la sede de la Dijin en Cali.
Ambas acciones terroristas, se derivan de una orden emitida por Cano al Bloque Occidental, consistente en cometer diversas accions delictivas para demostrar poderío armado y para desprestigiar la Política de Seguridad Democrática del gobierno nacional.
Y es curioso, porque ni Piedad Córdoba ni Daniel Samper, ni Jorge Botero, ni Morris, salieron a juzgar el cinismo de los terroristas Jairo Martínez y Mosquera, que durante la farsa de la liberación, hablaron con cara de seminaristas acerca de su supuesta visión pacifista.
En contraste con la gravedad del macabro crimen, los amigos de la paz o Colombianos por la Paz, como se autodenominan, se limitaron a enviar un escueto comunicado a los medios, para urgir a las Farc que aclararan.
No para condenarlos por la cobarde masacre, ni para exigirles que liberen a los secuestrados. Al contrario para hacerles el juego, y darles aire político con el argumento que Lula Da Silva está muy interesado en continuar en la búsqueda de la paz en Colombia. De remate los idiotas útiles, dueños de la eterna bobería colombiana, les complementaron la jugada.
El síndrome que edificó la mamá de Ingrid Betancur, parece haber enraizado en la conciencia de muchos estultos. En lugar de asediar a las Farc para que liberen a los secuestrados sin ninguna contraprestación, y de urgir a la comunidad internacional no solo para que los califique como terroristas, sino para que los persiga en los países donde se pasean como Pedro por su casa, los “intelectuales” y dudosos amigos de Colombia, cayeron en la misma estupidez crónica del papá del cabo Moncayo.
Concientes algunos de la estratagema, e idiotas útiles otros, parecieran no darse cuenta que entre mas asedien al gobierno nacional para que ceda a la payasada del acuerdo humanitario en las condiciones que lo desean Chávez, Correa las Farc y Piedad Córdoba; las Farc serán mas duras, no cederán y mantendrán en sus guaridas a esos secuestrados como las joyas de la corona, que les permita su resurrección política.
Son tan mezquinos estos personajes, que por andar embelesados en tumbar al presidente Uribe, ignoran el grave daño que causan a la institucionalidad, al Estado de derecho y al futuro de la libertad en Colombia.
Y lo que es peor: Siguen obsesionados en tener como paradigma a Cuba, el empobrecido y oprimido país que después de medio siglo de dictadura comunista, sobrevive gracias a los dólares que a diario envían a la isla los llamados “gusanos” enemigos de la tiranía castrista, los dineros calientes que recogen las jineteras por prostituir sus cuerpos con los turistas europeos y norteamericanos, y la ingente ayuda del régimen chavista.
Lo cierto es que las Farc masacraron a una etnia con la circunstancia agravante que sus líderes naturales, dicen condenar a las Farc, pero de manera simultánea se les ocurre otra imbecilidad. Creen que para ellos no rigen las leyes colombianas, ni que el Ejército Nacional puede entrar a sus villorrios. He ahí el tragicómico drama de Colombia. Mientras cada quien hale la cuerda para su lado, la anarquía será superior a la cordura y el orden sociopolítico.
Y mientras este drama azota a la etnia Awa, cerca del luga del exc ecrable r, el ex viceministro de seguridad ecuatoriana Ignacio Chauvín, puso el dedo en la llaga. Reconoció que el gobierno de Correa se reunía con Raúl Reyes, que algunos sectores del régimen de Correa están untados hasta los tuétanos de narcotráfico, y que tal como aparece escrito en los computadores del terrorista abatido, la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos ALDHU, carnetiza a los ecuatorianos que se han vinculado a los círculos y milicias bolivarianas de las Farc, incrustados en el vecino país, con la venia de las autoridades complotadas con los terroristas colombianos, y que además la agresión contra Colombia descubierta en los archivos de Reyes, esta vivita y coleando.
Y ahí toma fuerza la segunda curiosidad. Ni Piedad Córdoba, ni Daniel Samper, ni ninguno de los “intelectuales” se ha manifestado al respecto. Es como si estas revelaciones no fueran trascendentales para la paz del país.
Pero hay otros cómplices. Son los medios de comunicación, dados a vivir de la chiva, de la oportunidad momentánea y de publicar noticias sin profundidad analítica. Todo eso a nombre de la libertad de prensa. Situación, de la cuál las Farc sacan dividendos publicitarios importantes.
En síntesis, las Farc masacraron una porción de una etnia que se rebeló a incorporar jóvenes a las guerrillas comunistas, mientras quedó al descubierto la actividad narcoterrorista de Rafael Correa uno de sus mas importantes cómplices.
Sin embargo, los promotores de la “paz”, “los difusores del acuerdo humanitario con caballo de Troya incorporado” y los cariacontecidos idiotas útiles de la estratagema, han guardado silencio cómplice al respecto… ¡Por algo será!

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
www.luisvillamarin.co.nr
Analista de asuntos estratégicos

jueves, 5 de febrero de 2009

Acuerdo humanitario frente al Plan Estratégico de las Farc

Terminado el sainete montado por las Farc, el gobierno brasileño, los autodenominados Amigos de Colombia (algunos de ellos amigos de las Farc) y Piedad Córdoba, no queda duda, que los terroristas siguen empeñados en buscar reconocimiento político sin el rótulo de terroristas. Tampoco hay dudas, que el Complot comunista contra Colombia, sigue en pie.
Mientras los agentes de policía y el soldado, liberados el domingo 1 de febrero, fueron explícitos en describir los artilugios propagandísticos de las Farc, que a la vez dejaron al descubierto las patrañas politiqueras y manipuladoras del dolor de las familias de los secuestrados, orquestadas por Piedad Córdoba y su combo; los dirigentes políticos Alan Jara y Sigifredo López, hablaron hasta por los codos, de manera irresponsable criticaron la Seguridad Democrática, ensalzaron a Piedad Córdoba (candidata presidencial de Chávez y las Farc), y en un evidente cumplimiento de lo urdido por los terroristas a cambio de su liberación, la pusieron por el cielo, al mismo tiempo que con fines electorales venideros, cuestionaron al mandatario colombiano...
Lo grave del asunto es que conciente de la manipulación calculada que ha hecho del tema en asocio con las Farc, Piedad Córdoba asumió una supuesta actitud de benefactora bienintencionada, mientras por debajo de la mesa se teje una estratagema politiquera en contra del gobierno colombiano, como parte activa de la conjura internacional de los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia contra Colombia.
Resulta sintomático que todavía haya idiotas útiles que dan por cierta la supuesta intención humanitaria de la cuestionada senadora liberal y sus cómplices. La verdad clara y precisa, es que la premeditada liberación de los dos últimos dirigentes políticos y de cuatro miembros de la Fuerza Pública sin grado dentro de la jerarquía institucional, al mismo tiempo que dejaron en las guaridas a los oficiales y suboficiales, es un eslabón de la cadena de artilugios orquestados por los comunistas latinoamericanos, en aras de legitimar al grupo terrorista, para integrar a Colombia al embeleco politiquero izquierdista, de insertar el país dentro de la órbita de influencia castro-chavista.
En síntesis, lo ocurrido entre el domingo 1 y el jueves 5 de febrero de 2009 con la liberación unilateral de seis secuestrados, es un audaz montaje de guerra sicológica fariana, acolitada por el gobierno brasileño, contra la institucionalidad colombiana. La aparente buena voluntad de la locuaz mediadora, y la defensa obligada que de ella hicieron Jara y Sigifredo, es el desarrollo de un libreto urdido por el Secretariado de las Farc, con el fin de presionar el acuerdo humanitario, pero con todas las condiciones de una gavilla terrorista contra Colombia.
En ese orden de ideas, es coherente la respuesta dada por el presidente Uribe en Villavicencio después de la liberación de Jara. Acuerdo Humanitario, sin politiquería, sin presencia extranjera diferente a la Cruz Roja y sin el regreso al delito de los terroristas encarcelados.
Si fuera cierto que las Farc quieren un acuerdo humanitario que conduzca a un proceso de paz, como dicen de manera folclórica e irresponsable Jara, Sigifredo y Piedad Córdoba, lo correcto sería que liberaran a todos los secuestrados sin contraprestaciones, porque además es un mandato popular fáctico, exigido por el pueblo colombiano el 4 de febrero, el 20 de julio y el 28 de noviembre de 2008.
Lo contrario es una cruel manipulación del dolor de los secuestrados, una farsa tramposa similar a la de los diálogos del Caguán y una trama mas de la línea de conducta del Plan Estratégico de las Farc. Algo así, como otra jugada estratégica, para ver si el gobierno colombiano cae en la trampa.
La cuestión no es tan sencilla ni simplista como la planteó primero Eladio Pérez y luego la resarcieron Alan Jara y Sigifredo López, con la estúpida interpretación de los eventuales resultados de un acuerdo humanitario manejado a su antojo por las Farc, según la cuál, si la seguridad democrática es tan sólida, dicho acuerdo no le haría mella.
Eso sería cierto si las Farc obrarán con sinceridad y sensatez, pero la realidad es diferente. Así como asesinaron a 11 diputados del Valle, o, escondieron el cadáver del mayor Guevara, y luego negaron a pie juntilla cualquier responsabilidad al respecto, tampoco se les pude creer en este caso, porque la premeditada liberación unilateral de esto seis secuestrados, es apenas una pieza mas del ajedrez estratégico del Secretariado de las Farc en contubernio con sus compinches. Igual que siempre lo han hecho, las Farc juegan con el dolor de sus víctimas y se burlan del anhelo de paz del pueblo colombiano.
El presidente Uribe tiene claras las cosas. Entiende con precisión cuál es el verdadero objetivo que hay detrás de esas cortinas de humo, algo que parecieran no entender o no querer comprender, los humanistas bienintencionados y los idiotas útiles de los camaradas del Partido Comunista Clandestino, que de paso difunden ideas distorsionadas dentro de la opinión pública.
Hacer un acuerdo humanitario en las condiciones planteadas por las Farc, es cometer un garrafal error histórico, de consecuencias impredecibles para el futuro de Colombia. Lo que está en juego en tan difícil situación, no es la necesaria e impostergable libertad de 23 compatriotas, cuya vida es trofeo de guerra y politiquería para los secuestradores, sino la continuidad histórica del sistema de valores democráticos, que rige la nación.
En lugar de dejarse instigar por las lágrimas de cocodrilo de Piedad Córdoba y sus cooperadores, sería mas productivo que Alan Jara, Ingrid Betancur, Sigifredo López y los demás liberados (que fueron secuestrados por representar a los ojos de las Farc, a la clase política corrupta e ineficiente que ha desangrado a Colombia); se dedicaran a multiplicar por el mundo entero, la verdad de quienes son las Farc, que es lo que pretenden, cuáles son los cobardes métodos coactivos de barbarie que utilizan; como opera la estratagema de Lula, Chávez, Correa, Ortega, Morales y la dictadura cubana; así como el riesgo que este esquema anquilosado de gobierno, se impusiera en Colombia.
La estrategia de Seguridad Democrática no puede ceder ante los artilugios de lobos con piel de oveja. En todo este entuerto, las Farc y sus aliados, no han hecho otra cosa diferente que jugar con el dolor de las víctimas del secuestro y la buena fe de los colombianos, que no aún no han comprendido la farsa de sus propuestas.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
www.luisvillamarin.co.nr
Analista de asuntos estratégicos