domingo, 5 de abril de 2009

Los niños en la guerra

Cifras aproximadas indican que el 30% de los integrantes de los grupos terroristas que delinquen en Colombia son menores de edad y casi todos niños preadolescentes. En medio del morbo publicitario, los medios de comunicación se han limitado a reseñar los constantes casos, mientras que los organismos gubernamentales y las Ong´s que se relacionan con el tema, se han quedado estancadas en las estadísticas de los desmovilizados en estas categorías.

Llama la atención, que los abanderados de la supuesta paz, verbigracia el Partido Comunista y los Colombianos por la Paz, guarden silencio cómplice frente a este hecho de barbarie y de corrupción de mentes infantiles.

Sería de esperarse que los fervientes defensores de los derechos humanos, siempre encaminados a buscar condenas jurídicas politizadas contra quienes los han combatido en el campo de batalla, verbigracia el aberrante caso de injusticia contra el coronel Alfonso Plaza Vega; se pronunciaran con la misma vehemencia e hicieran seguimientos minuciosos a los procesos por el reclutamiento de menores para los grupos terroristas.

Quienes hemos comandado operaciones de contraguerrillas en diferentes regiones del territorio nacional, a diario tomamos contacto no solo con la realidad de la Colombia rural (tan desconocida como ajena para los burócratas citadinos), sino que hemos visto de cerca a menores de edad capturados, muertos o heridos en medio de los combates.

Para mencionar un solo caso de los muchos que conocí de cerca, cito a Henry Gutiérrez Restrepo alias Daniel de la cuadrilla Carlos Alirio Buitrago del Eln, quien se presentó de manera voluntaria a la base militar de Juanes en zona rural de San Carlos Antioquia en 1990.

Para al época, Henry tenía 12 años de edad, cuatro de ellos de militancia en la cuadrilla terrorista. Fue reclutado para el Eln por Rigoberto Buitrago Ramírez alias Saúl, cabecilla del grupo, hermano de Carlos y Alirio Buitrago, en cuya memoria el sacerdote católico Bernardo López Arroyave, fundó este grupo terrorista, en el suroriente antioqueño.

Tengo el vívido recuerdo del breve texto que leí en un trozo de cartón rasgado de una caja de crema dental, que cargaba el imberbe entre la cartera:

-Si matan o hieren a Henry, localicen a mi mamá en San Luis y le informan. Ella vive cerca del parque municipal-

Con apenas segundo año de escuela primaria, Henry hacía parte de la Comisión de Trabajo Político Organizativo, encargada entre otras cosas de "limpiar la región de sapos, paramilitares, y enemigos de la revolución popular".

Impresionado por la vivacidad del imberbe, complementada por su extraordinaria memoria fotográfica y la precisión de los detalles que narraba, demoré dos días desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche, en desarrollo de la entrevista y cotejo de datos útiles para la inteligencia militar. Muchas de sus revelaciones, fueron útiles para las operaciones subsiguientes y puntal importante, para escribir el libro de mi autoría titulado El Eln por dentro, publicado años después de esta experiencia.

Henry relató con lujo de detalles el planeamiento y ejecución del asalto a Cementos Río Claro en 1987, los "ajusticiamientos" que cometía Palizada, las veces que el mismo incineró tractomulas en la autopista Medellín-Bogotá, los secuestros de unos ciclistas y unos japoneses adscritos a Isa, el ataque terrorista contra la Central Hidroeléctrica de Jaguas, los malos tratos de palabra y de obra que recibió de los cabecillas y en especial el temor a escapar, por miedo a que los terroristas asesinaran a su madre, como se lo habían advertido.

Henry rindió testimonio ante el juez promiscuo de San Carlos, pués en esa época no había Fiscalía, pero de manera curiosa, no hubo acción legal contra los integrantes de las milicias populares urbanas del Eln, a quienes señaló con nombre propio y actividades específicas, sino que al poco tiempo, todos los denunciados estaban al tanto de los cargos, pero ni eran llamados a declarar, ni tampoco eran requeridos por autoridad alguna.

Igual que sucede ahora con las reticentes denuncias de los claros nexos del Partido Comunista con las Farc, o las críticas sentidas de algunos columnistas acerca del tratamiento diferente de los medios de comunicación y de las autoridades judiciales, frente a los casos de parapolítica y Farcpolítica. O con las graves denuncias que hizo Olivo Saldaña contra sindicalistas, un exgobernador y dirigentes políticos regionales en el Tolima. Una vez mas el silencio cómplice fue la matriz del asunto.

Llama también la atención que el combo de Piedad Córdoba pegado al embeleco del acuerdo humanitario, so pena de resucitar el descompuesto cadáver político de las Farc y buscar la candidatura presidencial de la polémica senadora liberal, jamás se detiene a cuestionar a los terroristas por el reclutamiento de menores, o por los secuestros, o por envenenar acueductos, o por destruir la infraestructura económica, o por desplazar a tanto campesino amenazado de muerte, etc.

No.. En la agenda de los autodenominados Colombianos por la paz, solo aparece escrito el mandato del Foro de Sao Paulo dirigido por Lula, Chávez, Correa, Ortega la dictadura cubana y las Farc: Hacer un acuerdo humanitario en Colombia, que de estatus a los terroristas, reconozca su beligerancia y permita abrirles embajadas en Managua, Quito, Caracas, Brasilia y La Habana y desatar la etapa final de la guerra contra Colombia, con el fin de imponer una dictadura totalitaria similar a la cubana.

Lo tragicómico del asunto, es que pese a las revelaciones de los computadores de Reyes, a las anotaciones del diario de la terrorista holandesa que anda al lado de Lozada, a las declaraciones de Cano, a que las Farc no han renunciado a su Plan Estratégico y a que el Foro de Sao Paulo sigue empeñado en envenenar mentes como lo hicieron en Caracas hace una semana con el homenaje a Tirofijo; todavía hay estultos funcionales que creen que Lula obra de buena fe, que el embeleco pacifista de los Colombianos por la Paz, no tiene doble fondo, y que las Farc con su comunismo están pérdidas.

No se dan cuenta que por culpa de esa indiferencia e indolencia, de no haber sido por el certero bombardeo a la guarida de Reyes, el maquiavélico complot habría seguido su curso.

Y tampoco se dan cuenta que las Farc asesinan la vida en primavera, que las bandas mal llamadas paramilitares son una consecuencia del terrorismo comunista, que muchos de los paras primero fueron miembros de las Farc y el Eln, y lo que es mas grave, que más de la tercera parte de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los grupos terroristas en Colombia, son ejecutados por menores de edad como Henry Gutiérrez, cuya fogosidad es utilizada con macabra y siniestra intencionalidad por desadaptados o resentidos sociales como el cura Pérez, el sacerdote Bernardo López Arroyave, y otros bandidos cuyos nombres son utilizados por las cuadrillas de las Farc y el Eln.

Dos o tres semanas atrás, Ramón Isaza reconoció ser el autor intelectual de la muerte de los hermanos Carlos y Alirio Buitrago. Herlinda Ramírez la madre de las dos víctimas, quien también es miembro activo del Eln, pidió en público la reparación por la muerte de sus dos angelitos. Entendible desde el punto de vista maternal y humano, pues su dos hijos fueron masacrados por sicarios al servicio de Isaza, quien desde luego debe responder por el homicidio múltiple.

Lo que no es entendible desde le punto de vista jurídico, es porqué la mencionada señora no responde ante los tribunales de justicia por los crímenes de lesa humanidad que han cometido sus hijos con su complicidad, pues los ha apoyado en el trasegar clandestino desde cuanso la familia entera se enguerrilló; por los actos de sedición en que ha participado ella y su esposo Manuel identificado con el alias de Marcelo, como lo denunciaron en su debido momento Angélica Mazo alias Mónica, Faber y el propio Henry Gutiérrez.

Pero claro, la justicia está sobrecargada de procesos en un país donde la ley y el orden no se compaginan. Y de contera, hay tendencia al espectáculo mediático o a las aberraciones jurídicas como el politizado juicio contra el coronel Plazas Vega. Mientras tanto por lógica conveniencia Petro, Navarro, y los demás terroristas desmovilizados del M-19 dicen que todo fue a sus espaldas, que ellos eran del M-19 pero no participaron en el sangriento asalto al Palacio de Justicia, por ende no son responsables, y claro, que ellos nunca reclutaron niños para el M-19.

En la práctica, miles de imberbes engatusados en las oscuras estratagemas de guerra leninista contra la institucionalidad colombiana, siguen enredados en un desangre feroz... los comisarios políticos de esa barbarie, dedicados a legitimarlos, a la par con la actitud calculada y condescendiente de los mandatarios marxistas de Ecuador, Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia, Cuba y Nicaragua....

Ese es un bosquejo global del entorno de los niños que están en la guerra contra Colombia.






Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.co.nr

Analista de asuntos estratégicos

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