jueves, 13 de enero de 2011

Las Farc y sus cómplices deben reparar a las víctimas de sus atrocidades

   El ansia protagónica y politiquera del Partido Liberal en torno a la Ley de Reparación de Víctimas, ha dado espacio para que los miembros del Partido Comunista Clandestino de las Farc y hasta el terrorista Alfonso Cano en su mensaje de año nuevo a las cuadrillas, tercien en el asunto y busquen ganar más espacio político, en aras de demostrar ante la justicia internacional la supuesta causa política y en segundo lugar demostrar la farsa comunista, que en Colombia "la oligarquía y las Fuerzas Militares han cometido crímenes contra el campesinado". Pedro nadie habla nada acerca de la reparación de las víctimas de las Farc.
    Esta acción publicitaria cae como anillo al dedo al Plan Estratégico de las Farc y a los intereses geoestratégicos del Foro de Sao Paulo tendientes a legitimar a las Farc, reconocerles estatus de beligerancia, "terciar en la paz de Colombia", y apoyar una guerra frontal del narcoterrorismo comunista contra la institucionalidad en el país.
Mientras Santos supone que por medio de la hipocresía mutua con Chávez y Correa hace diplomacia y que la falta de carácter es sinónimo de buen negociador, la Canciller Holguín y los embajadores continúan desfasados de los planes concretos de los comunistas contra Colombia. 
    Hace pocos días Correa vino a Cali. Cínico, desvergonzado, mentiroso y falso como todo comunista con poder, no solo negó su militancia terrorista al lado de las Farc, sino que sindicó a todos los colombianos como cómplices de las Farc. 
     De remate, quizás por su cercanía con Santos, Claudia Gurisatti sirvió de caja de resonancia a lo que decía Correa. De manera extraña no lo acorraló como hizo con Isa Conde o con otros amigos de las Farc. Por el contrario le dio micrófono para que se lavara las manos, mintiera y además culpara a Uribe, de la complicidad del partido político ecuatoriano Alianza País con las Farc. Ahora los pájaros le tiran a las escopetas.
    Días antes Santos declaró que Chávez es su nuevo mejor amigo, sin ni siquiera tocar el tema de las guaridas terroristas de Márquez, Granda, Timochenco y Gabino en Venezuela. Por el contrario le ha ayudado a la payasada al decir que Chávez coopera, porque su gobierno captura a desertores de las Farc y el Eln, que son buscados por los terroristas para asesinarlos por traidores, pero Chávez los presenta ante los medios como miembros activos de las Farc y el ELN. Y Santos le da el espaldarazo a la farsa chavista.
    Por la misma época las Farc saludaron a la "compatriota Dilma Rousseff" con la misma efusividad que ocho años atrás saludaron a Lula y transaron apoyarlo con cinco millones de dólares para su campaña presidencial a cambio del estatus de beligerancia. 
    Pero que coincidencia, pese a que Piedad Córdoba fue destituida del senado por que la Procuraduría comprobó con argumentos sólidos sus nexos con las Farc, los terroristas y sus cómplices montaron otra escena del sainete con la liberación de cinco secuestrados, tan pronto la camarada Dilma estuviera en el poder, para que ella como nueva mandadera de Lula y Unasur, les ayude a impulsar el proyecto político internacional de reconocimiento de estatus de beligerancia, mediante la farsa de sentarse a negociar la paz con el gobierno colombiano.
    Pero claro, no la paz que quiere Colombia con la desmovilización de los terroristas y su sometimiento a la justicia. Las Farc y sus compinches quieren la paz en la que los terroristas gobiernen a Colombia y se integren al proyecto castro-chavista de Lula y sus amigos. Mientras tanto no habrá paz en Colombia.
     Al gobierno colombiano no le queda otra opción que actuar con base en una estrategia coordinada que incluya: 1. Acción militar contundente contra los cabecillas del Secretariado y de cuadrillas 2. Denuncias penales ante instancias internacionales a todos los gobernantes y cómplices internacionales de las Farc con base en los computadores de Reyes, Jojoy y Tirofijo. 3. Desatar una campaña más intensa y agresiva de propaganda invitando a los terroristas a desmovilizarse con computadores y documentos de los cabecillas.
    4. Sensibilización de las comunidades afectadas por el narcoterrorismo comunista hacia la aceptación del Estado de derecho y la integración sociopolítica al desarrollo integral del país. 5. Fuerte inyección económica a proyectos de desarrollo socio-económico en estas áreas. 6. Combate frontal contra la corrupción en los diferentes niveles de la administración 7. Acciones concretas y sostenidas de la Cancillería y sus amodorrados cuerpos diplomáticos para que vayan a diferentes lugares del planeta a denunciar las atrocidades del narcoterrorismo comunista. 
    8. Cuantificar y publicar los daños a la infraestructura nacional  causados por las Farc y concretar cómo van a pagar sus cabecillas estos daños cuando se desmovilicen, para que no se repite al experiencia sucedida con los terroristas del M-19 y de la Corriente de Renovación Socialista del Eln que ahora son moralistas y hasta funcionarios públicos. 
    9.   Identificar y judicializar a todos los miembros del Partido Comunista Clandestino y del legal, que tengan vínculos probados con las Farc, para que responden con cárcel por los delitos de sus cómplices y con dinero para reparar a las víctimas de la demencia fariana.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com